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viernes, 20 de junio de 2014

Dificultades.



Y es que no es fácil decir adiós, olvidar a una persona que ha significado tanto, que en tan solo unos meses llegó a formar parte de tu vida, a convertirse en tus ‘buenos días’ y en tus ‘buenas noches’, en tus sonrisas y en tus lágrimas, no es fácil. Y mucho menos es fácil hacer como si nunca hubiera existido, porque si lo ha hecho, y de qué forma... te imaginas cómo sería tu vida con él, incluso haces planes, absurdos, cierto, pero que para ti significan mucho y piensas y piensas y piensas… ¿cómo hubiera sido todo si no os separasen tantos kilómetros? ¿cómo hubiera sido todo si cada uno de vuestros corazones no estuviesen ocupados? ¿cómo hubiera sido todo si no empezaseis a sentir más? En definitiva, erais solo amigos, y de repente, todo se acaba. Tu subconsciente te machada preguntándote si realmente te ha llegado a querer alguna vez, y tú, tú dudas. Ya no sois nada, él no quiere que seáis nada. Se te rompen los esquemas, tus pilares… todo. No tienes formar de alzarte, porque estás demasiado hundida, hundida por haber hecho que todo girase entono a él, resumir tu mundo en él, y mírate, has caído en un pozo del que quizás nadie consiga sacarte.

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